La avena (Avena sativa) La avena es una gramínea de sistema radicular pseudofasciculado, más desarrollado que el del trigo y el de la cebada. Se cultiva en zonas templadas de todo el mundo. El fruto es el cereal utilizado como alimento. Actualmente está muy valorado por sus propiedades alimentarias.
Cada semilla está contenida en un fruto llamado cariópside, el cual exteriormente presenta una estructura denominada pericarpio; éste corresponde a la fusión de las paredes del ovario y se presenta unido a la testa de la semilla. Internamente está formado por el endosperma y el embrión, este último está constituido por la coleorriza, la radícula, la plúmula u hojas embrionarias, el coleoptilo y el escutelo o cotiledón.
Las semillas, que son alargadas y acanaladas pueden ser, dependiendo del cultivar, oblongas o cilíndricas. Su color varía comúnmente del blanco al amarillo, aunque también hay cultivares cuyas semillas presentan colores que varían del violáceo al negro.
En Avena sativa los granos conservan las glumas, formadas por la lema y la palea, después de la trilla, lo que determina que se denominen como cubiertos, las glumas posteriormente son eliminadas para dejar los granos pelados o desnudos.
El tallo es grueso, pero con poca resistencia a cambios inesperados; tiene, en cambio, un buen valor forrajero. Las hojas son planas y alargadas. En la unión del limbo y el tallo tienen una lígula, pero no existen estípulas. El color de la avena es verde azulado, lo que le distingue de la cebada, que es verde más claro. La inflorescencia de la avena es en panícula. Es un racimo de espiguillas de dos o tres flores, situadas sobre largos péndulos.
Es importante señalar que la avena, es la que contiene más proteínas dentro de los cereales después de algunas variedades de trigo, pero de mejor calidad biológica que este último. Además de proteínas, contiene el doble de grasas que el trigo, la cual está constituida principalmente por ácidos grasos insaturados.
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