Los cereales, cuyo nombre deriva de “Ceres” diosa griega de la alimentación, constituyen un conjunto de plantas, ya que son el alimento que contribuye con el aporte energético como con los numerosos nutrientes para el organismo; por eso los cereales han sido, son y seguirán siendo el principal sustento del hombre.
Los cereales se podrían definir como los frutos secos, enteros y sanos de la familia de las gramíneas, pudiéndose incluir a esta definición algunos pseudocereales (como el amaranto).
Los cereales son organismos vivos, genéticamente programados para que bajo determinadas condiciones ambientales (en las que la temperatura y humedad son clave) sean capaces de germinar y dar lugar a una nueva planta que completara su ciclo de vida (anual en gran parte de las especies) dando lugar a multitud de nuevos frutos.
Los cereales son la base de la dieta en México y en la mayor parte del mundo, y su consumo generalmente requiere de importantes procesos, muchos de los cuales son muy antiguos, a la vez que tecnológicamente extraordinarios y vigentes, como la panificación, la nixtamalización y el malteo (Camacho et al., 2007). Los granos de cereales constituyen la fuente de energía alimenticia más económica del mundo, y proporcionan las dos terceras partes o más de la energía humana y de la aportación de proteínas. Los cereales son un maravilloso alimento que se puede preparar en muchísimas y exquisitas formas.
El trigo se consume a través del pan, galletas, pasteles, pastas para sopa, tortillas, hojuelas, pulidos,en harinas refinadas o integrales, e incluso se hacen todo tipo de bebidas. La cebada, una vez malteda se puede preparar la exquisita cerveza que es la bebida mundialmente preferida.
Los cereales son plantas gramíneas que proporcionan productos farináceos. Constituyen una importante fuente de alimentación de los seres vivos. Los principales cereales utilizados en la alimentación humana son (Astiasarán y Martínez, 2003) los siguientes:
Vea También: ''Estructura y Morfologia de los Cereales''